Autor: Gerardo Reyes Guzmán
Publicación: Síntesis, 1 de Junio 2006.
Peter Drucker se propone dar respuesta a la interrogante de cómo deberían preparase hoy los directores de empresas para enfrentar el futuro con éxito. Para ello divide su tesis en cuatro temas, que a su juicio, caracterizarán la sociedad en el siglo XXI: a) la nueva estructura demográfica, b) el conocimiento, c) el proteccionismo y d) las empresas multinacionales.
a) La sociedad del futuro estará conformada principalmente por personas maduras (35-40 años) y de la tercera edad. Los jóvenes constituirán una parte cada vez menor en la población total. Ello pondrá en dificultades al sistema actual de pensiones y obligará a las personas a trabajar más allá de los 70 años de edad. La nueva conformación demográfica irá acompañada de ajustes en los ritmos de trabajo actuales. En el futuro sólo 50% de la población activa trabajará de tiempo completo, el resto lo hará bajo condiciones de contratos por obra determinada, honorarios y servicios prestados. El hecho de que gran parte de la población sea adulta o de la tercera edad, influirá en los patrones de consumo dando lugar a una nueva estrategia de ventas para satisfacer las necesidades de un público con gustos y preferencias específicas.
b) Drucker denomina a la sociedad del futuro como “sociedad del conocimiento”, puesto que éste será su principal fuerza motriz. Los trabajadores altamente capacitados dominarán el campo laboral, actuando en una sociedad sin fronteras. El conocimiento podrá ser adquirido a través de la educación formal y, aunque los medios intelectuales de producción estarán fácilmente al alcance de todos, el éxito estará reservado sólo para unos cuantos. Esto indica que la competencia entre individuos y empresas será cada vez mayor al tener que responder a una creciente influencia de factores externos. Una evidencia de ello lo constituye hoy en día la tecnología de la información, puesto que ésta se disemina rápidamente en todos los rincones del planeta y permite el acceso a una serie de datos que de otro modo sería difícil obtener. Así, las organizaciones se ven obligadas a entrar en el mundo de la información y con ello de la competencia, ya que el espacio virtual posibilita la transparencia de precios en medio de un caudal de información. El éxito dependerá del nivel de capacitación y dinamismo de los recursos humanos, en donde los más requeridos serán técnicos expertos en computación, diseñadores de software, técnicos manufactureros, analistas clínicos, etc. Se trata de un trabajador que, aunque labore principalmente con sus manos, posee un conocimiento técnico derivado de un proceso educativo y de formación complejo. Si a principios del siglo XX fueron los trabajadores no calificados los que dominaron en el auge de las manufacturas, serán estos técnicos altamente capacitados los que marquen la pauta en la mitad del siglo XXI.
c) Durante el siglo XX fuimos testigos de cómo el sector agrícola que dominó la actividad productiva por casi 10 000 años, fue perdiendo participación en la economía mundial. A pesar de que la producción de granos es hoy cuatro o cinco veces mayor en términos de volumen, su participación en el comercio mundial – de 1913 a 2002 – descendió de 70% a 17%. Lo mismo ha ocurrido con las manufacturas cuyo volumen después de la segunda guerra mundial se ha triplicado, mientras que sus precios han venido disminuyendo. Así, los productos manufacturados han perdido relevancia en comparación con los llamados productos de conocimiento, – educación y salud – registrando estos últimos un aumento de precios al triple. En Norteamérica la participación del empleo en las manufacturas ha disminuido de 35% en la década del 50 a tan sólo la mitad en 2002. No obstante, mientras esta transición ha sido inocua en los Estados Unidos, será difícil pensar que lo sea también en Alemania y Japón en donde la fuerza de trabajo en ese sector oscila actualmente entre 25-30%. El colapso de la agricultura en la participación del producto interno bruto ha dado lugar hoy a la implantación de medidas proteccionistas que eran impensables antes de la segunda guerra mundial. Análogamente, la desvalorización de las manufacturas detonará prácticas proteccionistas en este sector, que si bien no se darán por medio de aranceles, sí a través de subsidios, cuotas y regulaciones de todo tipo. En este contexto, los bloques comerciales de hoy (NAFTA, MERCOSUR, Unión Europea) se fortalecerán a través de un comercio más intenso dentro de sus fronteras, mientras que fuera de ellas el proteccionismo será la regla.
d) Las compañías multinacionales han conservado la importancia que tenían en la economía mundial de 1913. Sin embargo, mientras en aquella época se caracterizaban por tener subsidiarias controladas por una casa matriz autónoma; en la actualidad tienden a organizarse globalmente por producto o servicio. La característica que arrastran desde 1913, es que todavía se sustentan y controlan por el principio de propiedad; mientras que en el año 2025 lo harán en torno a la estrategia empresarial. Poco a poco el principio de propiedad irá perdiendo relevancia para ser sustituido por alianzas, joint ventures, participación minoritaria de accionistas, acuerdos de transferencia de tecnología, y un creciente número de contratos que dará lugar a bloques que a su vez, formarán una confederación. Según Drucker, este panorama requerirá directores empresariales con un nuevo perfil, constituyéndose como un órgano distinto y separado que apoye a la empresa. Una de las principales tareas del futuro CEO (Chief Executive Officer) será conciliar las metas de corto plazo con las de largo plazo en una lid de intereses personificados por clientes, accionistas, empleados altamente calificados y comunidades.
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