El escritor intervino ayer en el curso de novela negra del Festival de Pollença y, aprovechando la ocasión, habló sobre la crisis que asola Europa y el mundo.
—¿Cuántos libros tiene intención de escribir sobre la crisis? —Es una buena pregunta.
Cuando hice pública mi intención de crear una trilogía ambientada en esta época, una joven periodista me preguntó si creía que duraría tanto la crisis como para escribir tres novelas. Le contesté que seríamos afortunados si sólo tenía tiempo de escribir tres y ahora me veo ante tres alternativas: o termino con la tercera novela y hago un epílogo para continuarla, la convierto en una tetralogía o empiezo una trilogía nueva.
—A medida que ha escrito las novelas, ¿se ha vuelto menos optimista?
—No soy optimista. Todo este tiempo he escuchado a los políticos hablar de que no se está tan mal o que ésta situación duraría sólo unos años, pero, perdón por la expresión, eso es una mierda. Ahora, en el cuarto año de crisis, se preveía que estuviéramos mejor, pero estamos peor.
—Entonces, ¿no cree en los políticos?
—Mire a su alrededor. Hoy en día, ¿hay algún país en el que alguien crea en los políticos? No hay nadie. Cuando veo la gente de España, Italia o Grecia veo que no les creen.
—¿Por qué no son creíbles los políticos?
—Desde que empezó la crisis sólo se ha escuchado a políticos y economistas que han relacionado Europa con el euro. Nos han dicho que hay que salvar la moneda porque si no desaparecerá Europa, pero, ¿acaso no hay varios países en el continente que no comparten la moneda y sobreviven? Europa y el euro no tiene que correr el mismo sino.
—Si no creemos en los políticos, ¿qué podemos hacer?
—Es tiempo para intelectuales, artistas y escritores, porque hasta ahora lo hemos dejado todo en manos de políticos y economistas, y eso ha sido un error. Tenemos que cargar la responsabilidad sobre nuestros hombros.
—Entonces, ¿está Europa perdida?
—Si seguimos creyendo lo que dicen Rajoy, Monti o los políticos, Europa y el euro están perdidos. No habrá solución, pero si el euro no se puede salvar, tenemos que conseguir que Europa sobreviva sin la moneda común. No sé que pasará, pero todo pasa porque seamos más solidarios, tanto monetaria como políticamente. Eso es lo que intento explicarle a la gente: no hay que identificar Europa con el euro.
—¿Qué podemos hacer?
—Creo que es el momento de que los intelectuales, artistas y escritores de Europa se unan para encontrar un nuevo punto de vista, porque es la esperanza. El problema está en que cada uno cree que su opinión es la única que vale, y muchos otros se quedan sentados en casa llorando por los desastres mientras los políticos deciden. Lo que tenemos que hacer es encontrar una manera de estar unidos e iniciar acciones para solucionarlo.
—Para terminar, ¿qué leeremos en su próxima novela?
—La primera novela versaba sobre bancos, la segunda trataba la manera de salir de la crisis y la tercera, que saldrá en noviembre, dejará ver la combinación de la evasión de impuestos y la corrupción. En Grecia, no sé que pasa en España, la evasión de impuestos suele salir impune y se suele vincular con la corrupción.
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