El 10 de Mayo de 1774 murió Luís XV, y su sucesor, el desgraciado Luís XVI, que quiso ignagurar un período de reformas, nombró misnistro de finanzas a Turgot, que aunque no pertenecía al grupo de los "economistas" (fisiócratas), tenía muchas ideas afines con ellos.
El ascenso de Turgot supuso el descenso de Quesnay en la Corte, pues es sabido que el nuevo Rey odiaba todo lo que olia a la amante de su sucesor.
Turgot, No identificado con el pensamiento de Quesnay, discrepó de éste en algunos puntos; en la teoría de la propiedad, la naturaleza del interés, la ley de rendimientos decrecientes de la tierra y la ley de hierro o de bronce de los salarios.
No estaba desacuerdo con Quesnay en hacer a Dios responsable inmediato de la actual estructura de la propiedad. Al contrario, Turgot sostenía que ésta era consecuencia de pactos sociales y contratos humanos, resultado de derechos de ocupación y del acontecer demográfico. Cuando dejaron de haber tierras libres muchos hombres se vieron en la necesidad de aceptar empleo de los terratenientes ya establecidos, retornándoles una parte del producto por ellas obtenidos. De manera que el terrateniente necesita del cultivador y viceversa.
Fue partidario de que el tipo de interés se fijase por sí mismo; sin necesidad de recurrir a ningún tipo de autoridad. Su opinión era que los tipos de interés únicamente son reflejo de la importancia de la renta de la tierra; es decir, del superávit o excedente real de la producción. Pues cualquier tenedor de dinero siempre puede elegir entre prestar su dinero a interés o comprar tierras asegurándose unas rentas. Y así lo hará dependiendo de las ventajas de una u otra opción. A través de un proceso de mercado, se alcanzará la nivelación entre rentas y tipos de interés (sino todo el monetario iría al mismo sitio). Hay quien afirma que Turgot hizo posible que se considerase al tipo de interés como un elemento de más de los costes; Como una cierta cantidad cuyo pago tiene la indispensable función de mantener la producción.
El rendimiento de la tierra |
Descubrió y formuló explícitamente que la aplicación de cantidades crecientes de mano de obra sobre una porción dada de tierra, a partir de un muy bajo grado de intensidad, provoca que los rendimientos comiencen a incrementarse fuertemente, hasta alcanzar un óptimo, para una cierta relación tierra-mano de obra. Si llegados a ese punto, se sigue incrementando la mano de obra, los rendimientos inician un decrecimiento progresivo. Es decir, los rendimientos describen una parábola. Esta ley de rendimientos se puede justificar diciendo que, cuando es muy pequeña la cantidad de fuerza de trabajo empleada, la potencialidad de las fuerzas fecundativas de la naturaleza no están siendo aprovechadas plenamente, mientras que, en el máximo, la relación entre las fuerzas de trabajo y las fuerzas generativas de la naturaleza es adecuada para que mútuamente se hagan rendir el máximo. Seguramente esta es la mayor contribución de Turgot al futuro desarrollo de la teoría económica: el haber señalado una relación funcional entre los factores que contribuyen al proceso productivo.
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